Personajes que me gustan: Emperador Palpatine, el hombre más poderoso de la Galaxia
Personajes que me gustan: Emperador Palpatine, el hombre más poderoso de la Galaxia.
En la fantasía existen muchos arquetipos de personaje, que, repetidos continuamente, tejen las principales características del género. Hay muchos de estos, pero el clásico arquetipo de villano de fantasía es el de el Señor Oscuro.
El Señor Oscuro es un personaje de gran poder y malicia, que se alza como el principal enemigo a batir. Generalmente son personajes de gran influencia en el mundo, con gran poder y ambición. La trama suele ser el fruto de sus trapicheos, y mueven, de manera directa o indirecta, los hilos de la historia. Hay varias maneras en las que un Señor Oscuro alcanza el poder: a veces es por el uso de la fuerza o el poder directamente (Sauron o Morgoth, que son básicamente dictadores teocráticos), pero muchas otras veces es gracias a la mentira y la manipulación, ya sea de individuos o masas ( Euron Greyjoy, Voldemort ).
En Star Wars, el Señor Oscuro es el Emperador Palpatine, maestro Sith y líder del Imperio Galáctico. Durante la trilogía original vemos cómo domina la Galaxia con puño de hierro, mientras que las precuelas muestran su subida al poder (y a las secuelas voy a ignorarlas), pero ya sea como El Emperador o como el Canciller Palpatine, su personaje es siempre un ejemplo de poder y del uso de la filosofía Sith para obtener sus fines.
1. De Senador a Canciller
El hombre que más tarde conoceríamos como El Emperador fue una vez conocido como Sheev Palpatine, oriundo del planeta Naboo. Desde joven creció en la capital de Theed, donde tejió alianzas políticas que más tarde le vendrían muy bien. No se sabe cuando, pero comenzó a entrenar bajo la tutela de Darth Plagueis, convirtiéndose en su aprendiz Sith. Todo esto no es muy importante, pero es una forma de dar contexto para su plan. Lo que debemos entender es que Palpatine destaca como político, y como Lord Sith, siendo ambos aspectos clave para su subida al poder.
La Amenaza Fantasma (2001) comienza con una crisis política: La Confederación de Comercio, un grupo de empresarios y comerciantes muy pudientes han impuesto un bloqueo comercial sobre el planeta Naboo. Esto causa que dos jedi; Qui-Gon Jinn y Obi-Wan Kenobi, sean enviados como embajadores para parlamentar con la Confederación. Este bloqueo ha sido causado por desacuerdos entre la Confederación y la República sobre los impuestos de las rutas comerciales entre los territorios del Borde Exterior.
Lo importante de todo esto es entender el contexto de la película: a diferencia de Una Nueva Esperanza (1977) donde el principal órgano rector de la Galaxia era un Imperio malvado y abusivo, aquí es una República que, en teoría, vela por la paz y la prosperidad de la Galaxia. En teoría, porque lo que se nos muestra en los primeros minutos de película es justo lo contrario: la República es incapaz de frenar la invasión de la Confederación, y más tarde cuando los protagonistas viajen a Tatooine, en el Borde Exterior, verán que las leyes antiesclavistas de la República allí se las pasan por el forro.
En la primera parte de la película se hace énfasis en la incapacidad de la República de cumplir sus propias leyes. Como muchas en nuestra realidad, la República es una democracia que ha fallado a sus propios ciudadanos debido a su incapacidad de ejecutar sus leyes. ¿Es que no hay alguien capaz de hacer que esto funcione? Entra Sheev Plapatine.
En la primera escena de película que sale en Coruscant, ya vemos a Palpatine. Ahora mismo es un humilde senador del planeta Naboo, preocupado en mantener una fachada de hombre humilde y dedicado al servicio público, así que recibe a Padmé y a su corte de exiliados como invitados.
Padmé y Palpatine hablan sobre la invasión y el estado de la República. Es curioso que Padmé y Palpatine sean del mismo planeta, pues donde ella es alguien comprometida con cumplir la voluntad del pueblo, Palpatine es un populista que aspira a una dictadura, y pese a su máscara cínica, Palpatine dice una gran verdad: que la República ya no es lo que era, que ya no funciona. Su propia corrupción y que esté llena de arribistas hace que falle a sus ciudadanos (irónico que tenga que ser un corrupto y un arribista como él quien nos lo diga directamente).
Tras conocer a Palpatine, conoceremos al Senado Galáctico, el lugar donde se aprueban las leyes de la Galaxia. El actual Canciller es Valorum, que es el que ha enviado a Obi-Wan y Qui-Gonn a parlamentar con la Confederación. Valorum es un hombre moderado que trataba de mantener el diálogo entre las diferentes partes del Senado, pero que se encuentra atrapado por el entramado burocrático, que le resta autoridad. Palpatine notará esta debilidad y la usará.
Resulta que la Confederación de Comercio tiene representantes en el Senado, y ante la acusación de Padmé de invadir Naboo, estos se defienden en su fachada de bloqueo comercial. Al no haber una solución pacífica para el conflicto,Padmé exige una moción de censura para Valorum, recibiendo un moderado apoyo que permitirá a la moción salir adelante.
Lo gracioso de la situación es que es Palpatine el que ha causado todo el embrollo. Él ha sido el que ha facilitado la entrada de la Confederación en el Senado (demostrando una vez más la corrupción de la República, al permitir la entrada a unos empresarios en una cámara de representantes planetarios), él ha sido el que ha promovido la invasión de Naboo (disfrazado de su alter ego, Darth Sidious) y él ha sido el que le propuso a Padmé la idea de la moción de censura.
Palpatine ha creado una situación desventajosa para la República, le ha echado la culpa a Valorum y ha conseguido que le echen de su posición de poder, ocupándola él más tarde. Es un maldito genio.
En el resto de la peli Palpatine no volverá a aparecer, pero eso es porque su plan ya se ha completado. Ha logrado dejar vacante el puesto de Canciller, y al final de la peli le vemos ocupándolo. Y desde esa nueva posición de poder, en la siguiente le veremos liarla más. Ni siquiera la muerte de Maul es importante para él, pues aunque este fuera su aprendiz, Palpatine solo lo entrenó con el propósito de ser un asesino de jedis, no su sucesor.
En esta película vemos a Palpatine como un hábil político capaz de jugar a dos bandas sin ser descubierto. A veces como el terrible Darth Sidious, el lord sith encapuchado, y otras como el amable Senador Palpatine.
2. Poderes de emergencia
En El ataque de los clones (2002) vemos a una República dividida. Muchos sistemas, enfadados por la incapacidad de cumplir las leyes de la República y su desinterés en los sistemas del Borde Exterior se han unido bajo una Confederación Separatista, liderada por Dooku, Conde de Serenno. Debido a esto, los jedi están más desbordados como protectores de la paz, y por eso se plantean la posibilidad de crear un Gran Ejército de la República. Al inicio de la peli, Padmé llega a Coruscant, donde sobrevive a un intento de asesinato. Esto preocupa al buen Canciller Palpatine, quien la ofrece la protección de los jedis Anakin y Obi-Wan.
¿He dicho ya que este hombre es un genio? Ha creado una situación de desestabilidad en la Galaxia que muestra a los jedis como ineficaces (recordemos que él es el maestro del Conde Dooku), luego atenta contra la vida de una senadora de la República, culpando a los Separatistas, creando un clima de inseguridad, y además de todo esto, pone a Anakin y Obi-Wan a dedo como protector de Padmé. Esto es teoría mía, pero en mi opinión, Palpatine sintió los sentimientos de Anakin por Padmé, y sabiendo la confusión que causarían al chocar con el estricto código jedi en la mente de Anakin, lo puso junto a ella para turbarle más. Tres en uno.
A partir de aquí, Anakin y Obi-Wan se van por su lado, pero por ahora solo nos importa Obi-Wan. Este ha descubierto al cazarrecompensas que contrató al cazarrecompensas que intentó matar a Padmé (aquí Palpatine se pasó un poco con el ajedrez 5D) y además un ejército de clones. ¡Sorpresa! Esta es una de mis escenas favoritas, pensad que en 2002 nadie sabía mucho del Emperador, excepto por que era un Sith y un Emperador. Nadie sabía siquiera que se llamaba Palpatine, pero ver a un ejército de tíos con armadura blanca traerá unos cuantos recuerdos a los fans de la trilogía original. Muy ominoso.
Obviamente esto es muy sospechoso, pero es un ejército pagado, pedido por un jedi... Y es que encima necesitan un ejército. Pero claro, que la República tenga un ejército no significa que Palpatine lo tenga. Por eso, llega el siguiente paso de su plan.
Tras la captura de Obi-Wan en Geonosis, y que se revele la creación del ejército Separatista, uno de los seguidores de Palpatine propone que se le concedan poderes de emergencia para poner al Ejército Clon en marcha los más rápido posible. Palpatine duda, porque, ¿quién sería tan osado de pasarse el proceso democrático por el forro y sugerir darle a una figura política poder sobre el ejército? La respuesta es Jar Jar Binks, que lo propone en el Senado y es aceptado con gran unanimidad.
Es cierto que Jar Jar es muy imbécil (y Padmé una irresponsable por nombrar a semejante esperpento como su representante en el Senado), pero desde su punto de vista Palpatine es alguien proveniente de Naboo, con una vocación de servicio público y alguien a quien Padmé respeta (por ello fue a pedirle ayuda en la peli anterior). El problema aquí es el resto de representantes, que permiten a Palpatine obtener poderes de emergencia que devolverá "cuando la crisis sea resuelta".
Esto ocurre porque previamente Palpatine ha creado situaciones de crisis junto a los Separatistas para provocar el miedo y la inseguridad, siendo el culmen el intento de asesinato de Padmé, pues significa que los senadores tampoco están a salvo.
La República está envuelta en un clima de miedo e inquietud, y a cambio de prometer resolver su situación, le ofrecen a Palpatine su libertad, o más bien, el medio para quebrarla. Han destruido la división de poderes, y ahora Palpatine tiene carta blanca para hacer lo que quiera. ¿Quién le va a detener, el ejército? Ah, no, que lo controla él, pero no preocuparse, que Palpatine devolverá su poder sobre el ejército de la República, él ama la democracia. Y cómo no amarla, cuando ha sido gracias a esta que se va a convertir en un dictador de escala galáctica.
Esta es en mi opinión, la escena en la que la República acaba de caer, solo que aún no vemos la destrucción,pero tiempo al tiempo.
Tras esto, Yoda parte dirigiendo al Ejército Clon para salvar a Obi-Wan, Anakin y Padmé, y para apoyar a Mace Windu y al resto de jedis. Luchan los clones y jedis contra los droides y Dooku se retira con unos planos entregados por los Separatistas, pero Anakin y Kenobi le persiguen. Después de barrer el suelo con ellos y huir de Yoda, Dooku entrega los planos a Darth Sidious, descubriendo que se trata de los planos de la Estrella de la Muerte.
La última escena de la película es una de mis favoritas. El Ejército Clon sube sobre destructores estelares para embarcar a la Guerra, mientras Palpatine y algunos de sus más cercanos aliados en el Senado lo observan, con la Marcha Imperial sonando de fondo. El preludio del Imperio Galáctico.
El ataque de los clones muestra de nuevo la faceta de político manipulador de Palpatine, pero haciendo más hincapié en la segunda parte de su plan, la manipulación de Anakin. Anakin, joven talentoso pero arrogante, vive sintiendo que la Orden y su maestro no confían lo suficiente en él, que no lo valoran pese a ser El Elegido. Pero Palpatine sí, pues no desaprovecha ocasión de alabarle, de decirle que está destinado a ser grande, y quizás la más importante, que confía en él (esto se ve mejor en The Clone Wars).
Al final de la peli, Anakin está más cerca del Lado Oscuro y la República más cerca que nunca de su destrucción, pero, ¿Quien tiene tiempo de preocuparse de esas cosas? Las Guerras Clon han empezado, y Palpatine, principal causante y máximo dirigente de ambos bandos, está allanando el camino para su ascenso y la caída de la Galaxia.
3. Guerra y Paz
No voy a hablar demasiado de The Clon Wars (ninguna de las dos versiones), no porque no merezca la pena hablar, sino porque, y esto lo habréis notado leyendo el ensayo, Palpatine no es un personaje demasiado cambiante en sí, y lo más interesante de él es su plan y su capacidad de llevarlo a buen puerto, no su evolución (que no tiene), y para eso basta con ver el inicio y el final de las Guerras Clon. Aun así The Clone Wars muestran una Galaxia dividida por la Guerra, con una visión en blanco y negro sobre la República y los Separatistas, que ha medida que avanza la serie se va cayendo por su propio peso. Además, se ahonda en la relación de Palpatine y Anakin.
Lo importante comienza en la tercera película, La Venganza de los Sith (2005), en la que Anakin y Obi-Wan deben salvar al Canciller Palpatine después de que el General Greivous lo secuestrara. En la nave de Greivous se encuentran con Dooku, quien les reta a un duelo, siendo Obi-Wan rápidamente derrotado.
Anakin, sintiendo la llamada del Lado Oscuro, derrota a Dooku cortándole las manos, y entonces, Palpatine, que ha estado observando toda la pelea, le incita a matarlo. Anakin titubea, pero al final obedece. Aunque Anakin se siente culpable por no seguir el código jedi, Palpatine le hace ver que su naturaleza vengativa es natural y buena, y que es la que le ha permitido vencer.
Es interesante parar un segundo para ver la relación entre Dooku y Palpatine. Dooku, aprendiz de Yoda y maestro de Qui-Gonn, fue un famoso jedi y miembro del Consejo, hasta que lo abandonó tras la muerte de su antiguo aprendiz, tras lo que regresó a su planeta natal a tomar de nuevo su lugar como Duque de Serenno. Su descontento con la Orden por su autocomplacencia y por la decadencia y corrupción de la República le llevaron a crear el Movimiento Separatista y a unirse a Darth Sidious como su aprendiz, Darth Tyrannus. Pero a diferencia de Maul, que era solo un arma para matar jedis, Dooku era un político idealista que creía en la justicia de su causa. Su conversación con Obi-Wan muestra su faceta más positiva, tratando de ponerle de su parte por ser el aprendiz de Qui-Gonn (qiuen también era muy disconforme con el Consejo).
Dooku es un villano cuyas acciones ayudan a provocar una guerra, que mata a personas y ordena la invasión de planetas sin remordimientos, e incluso intentará entrenar aprendices Sith para derrocar a Palpatine como maestro Sith y continuar el ciclo, pero su personaje es más trágico que otros villanos de la Saga porque él perseguía una causa justa en la que creía. Pero esa causa en la que creía no era la de Palpatine y al final su maestro lo desechará cuando deje de serle útil.
Y así es como Palpatine se convierte en El Emperador, no con ejércitos o con poderes de la Fuerza, no con un duelo de espadas láser, sino con el apoyo de la mayoría, con una gran ovación mientras muere la democracia. Este es mi momento favorito del personaje. Ver todas sus intrigas, traiciones, todos sus movimientos conectando en el momento en el que muere la libertad, y el Senado aplaude. Palpatine ha ganado.
Mientras todo esto ocurre, Yoda y Obi-Wan se reagrupan con el Senador Organa y se dirigen al Templo Jedi para averiguar la verdad. Allí descubren la traición de Anakin y hacen planes, yendo Obi-Wan a por su antiguo aprendiz y Yoda a por Palpatine.
Palpatine y Yoda cruzan espadas en la oficina del Canciller, subiendo durante el combate a la Cámara del Senado. Este no solo es uno de los mejores duelos de la Saga por la coreografía, la música o como se complementa con la batalla de Obi-Wan versus Anakin,sino también por su desarrollo y significado.
Yoda y Palpatine son los máximos representantes de sus respectivos lados de la Fuerza, y es que durante su duelo ambos demuestran estar igualados tanto en habilidad como en poderes de la Fuerza. En cierto momento del duelo, Palpatine comienza a arrojar sillones del Senado a Yoda, y aunque esto es solo una lectura personal, para mí es una forma de restregar a Yoda como Palpatine ha usado la política contra él para vencer a la Orden Jedi.
El duelo acaba con Yoda retirándose tras caer de gran altura y perder su sable, tras lo cual es rescatado por Bale Organa y decide exiliarse. Esta resolución es curiosa porque aunque Yoda se ha retirado, Palpatine también ha caído hacia atrás, pero Yoda solo se retira cuando los clones comienzan a llegar. No ha sido (únicamente) el poder o la habilidad de Palpatine lo que le ha permitido vencer, sino su poder político y militar.
Tras la derrota de Yoda, Palpatine viaja a Mustafar al sentir a Anakin en peligro. Y en efecto, cuando llega allí se lo encuentra demasiado hecho y con tres extremidades menos.
La Venganza de los Sith (2005) acaba con la victoria de Palpatine en absolutamente todo lo que se ha propuesto. Es el Emperador Galáctico, ha acabado con la Orden Jedi y ha atraído al Lado Oscuro a Anakin Skywalker. En mi opinión, esta es la película donde Palpatine se corona como el mejor villano de la Saga (como el mejor personaje no, porque existe Anakin/Vader). Vemos su faceta política, su capacidad de manipular a Anakin y su dominio del Lado Oscuro de la Fuerza, pero lo que siempre me ha impactado de este villano, es que ganó. Y no por unos días o meses, sino por unos veinticinco años y a escala galáctica. Su victoria es a una escala tal que es casi imposible compararla con la de otro villano.
4. Más máquina que hombre
La relación de Palpatine y Vader es una de mis favoritas en Star Wars, y creo que la escena que mejor la ejemplifica es la escena en la que Anakin es salvado al ponerle el traje de Vader.
En ella vemos a un Anakin moribundo siendo curado de forma muy dolorosa por los droides médicos. Anakin ha sufrido quemaduras muy graves y ha perdido las dos piernas así que para salvarle la vida le ponen el famoso traje de Darth Vader. Anakin se retuerce de dolor y destroza la maquinaria de su alrededor (su dolor potencia su poder sobre el Lado Oscuro), y al final se alza. Entonces pregunta por Padmé, y Palpatine le responde que en su ira la mató.
Esto es cruel por obvias razones, pero además lo es porque salvar a Padmé era el motivo por el que Anakin dejó de lado a la Orden Jedi y traicionó todo en lo que creía. Que Palpatine le diga que él mismo la mató significa que lo ha tirado todo por la borda para nada. Tiene sentido que Palpatine alimente su ira y dolor de esta manera, pues de aquí es de donde sacan poder los Sith. Pero a la vez esta situación es un castigo para Vader, ya que su traje es incómodo y hasta doloroso para él de llevar. Se mueve de manera robótica y requiere un mantenimiento regular, por no comentar su debilidad ante las descargas eléctricas (eso que es el movimiento estrella de Palpatine). Este castigo es debido a su derrota en Mustafar contra Kenobi, pero además es para evitar que su aprendiz le traicione, interrumpiendo el ciclo Sith de la Regla de los Dos.
En la misma escena Palpatine alimenta la ira de Vader y su sufrimiento al recordarle que él es lo único que le queda ahora que Padmé ha muerto, pero a la vez imponiéndole un castigo doloroso y siempre presente que le incapacitará para superarle en poder.
Vader se convertirá a partir de este momento en la cara visible del Imperio, el puño de Palpatine y su principal general y ejecutor, pero siempre en una posición de vulnerabilidad, de incapacidad de rebelarse contra él. La naturaleza fundamental de la relación de Vader y Palpatine es la de un esclavo y su amo, y es curioso que a medida que avanza la historia de Star Wars, la ira de Vader se desplazará de Obi-Wan y la orden Jedi a Palpatine.
5. El amo de la Galaxia
Tras la caída de la República y la Orden Jedi, Palpatine se convirtió en el primer Emperador del Imperio Galáctico, pero eso no significa que todos le obedezcan de repente. Es cierto que Palpatine ascendió gracias al apoyo de la mayoría, pero destruir la democracia e instaurar una dictadura cabrea a bastante gente, y a medida que más tiempo pasa, más gente te odiará.
Por eso, Palpatine no se quedó quieto tras su victoria. El Ejército Imperial se extendió por toda la Galaxia conocida, tomando más y más planetas del Borde Exterior para anexionarlos al régimen. El Emperador creó la orden de los inquisitores, usuarios del Lado Oscuro encargados de cazar usuarios sensibles a la fuerza, mientras usaba a Vader para dar caza a los jedis que sobrevivieron a la Orden 66.
Aunque el Senado siguió existiendo, realmente no poseía ningún poder en la política del Imperio, siendo los Gobernadores Regionales (o Grand Moffs, como Tarkin) los que de verdad tenían control sobre los Sistemas. Y aunque Palpatine permitió que siguiera existiendo para mantener las apariencias de división de poder en el Imperio y dando a su régimen una falsa pátina de democracia, todo eso cambió cuando se finalizó la Estrella de la Muerte.
La Estrella de la Muerte ha pasado a formar parte de la cultura popular por ser un meme. Tiene sentido si pensamos que se construyeron dos, se destruyeron ambas y solo destruyeron un planeta (que ni siquiera habíamos visto como espectadores), por lo que la gente suele infravalorar mucho la importancia de este arma.
La Estrella de la Muerte es una estación espacial capaz de destruir planetas de un solo disparo. En nuestra realidad, su potencia de fuego solo es comparable a una bomba atómica, pero con una muy notable diferencia, y es que en nuestro mundo, son varios los países que las poseen. En Star Wars, los Sistemas son el equivalente a los países de nuestra realidad, pero a diferencia de las bombas atómicas, que pueden ser construidas por varios países (es una de las razones por las que por ahora han cesado las guerras entre potencias), no es posible construir una Estrella de la Muerte con los recursos de un planeta. A eso le sumamos que el Imperio controla de manera total el comercio de cristales Kyber (que se usan para crear espadas láser y para disparar el rayo de la Estrella de la Muerte) y es fácil ver por que en Una nueva esperanza (1977), el Senado es disuelto tras su finalización. La amenaza de destruir un planeta en caso de sublevación es demasiado real, especialmente si no hay forma de defenderse de ello. Palpatine ha activado los hacks y es el único jugador que ha desbloqueado las bombas atómicas,ahora nadie puede oponerse a él, de manera directa.
Precisamente de eso se da cuenta la la Alianza Rebelde, un grupo de sublevados que buscan restaurar la República, liderados por varios miembros del Senado Galáctico que se opusieron a Palpatine en su época, como Mon Mothma o Bale Organa. Enviando un escuadrón suicida (Rogue One), logran robar los planos de la Estrella de la Muerte y entregarlos a Leia Organa, que es la encargada de entregarlos en Alderaan. Aquí es donde empieza Una nueva esperanza (1977).
Al inicio de la película, los rebeldes huyen del Imperio para intentar salvar los planos robados de la Estrella de la Muerte y llevarlos hasta Yavin IV. Estos son interceptados por los imperiales, pero logran salvar los planos cunado la Princesa Leia se los entrega a R2-D2 y lo envía a Tatooine. La Princesa Leia es lllevada a la Estrella de la Muerte, donde es interrogada (y torturada) bajo las órdenes de Vader y Tarkin.
Y es en este último donde se refleja la figura del Emperador en la película, por varios motivos. El primero es que él da órdenes a Vader varias veces en la película (lo que indica que hay una estructura de mando por encima del Lord Sith), y la otra es que es él mismo el que nos revela la existencia de un emperador. Tarkin es la principal figura política de la película, siendo uno de los impulsores de la Estrella de la Muerte en la escena de los oficiales imperiales, bajo la idea de que el miedo mantendría unida a la Galaxia bajo el yugo del Imperio.
Tarkin y Palpatine se conocen desde la época de la República, en la que él fue oficial y más tarde burócrata, ascendido hasta almirante. Ambos personajes compartían una filosofía muy parecida, que daba gran importancia al poder y la dominación a través del miedo. Tarkin tiene una muy pequeña cantidad de escenas en la Saga (esta película, Rogue One y Clon Wars), pero precisamente es un personaje que se queda grabado en la mente del espectador no por lo que es, sino por lo que indica su presencia. Tarkin es una pista del poder que el Emperador blande en la Galaxia (parecido a Zhao y Ozai en Avatar).
Tras la destrucción de la Estrella de la Muerte y la muerte de Tarkin, el Imperio ha perdido de un plumazo su arma maestra y su reputación de invencibilidad. Pero el Emperador es listo y en vez de preocuparse por esto, se preocupa por Luke. Justo cuando Luke destruyó la Estrella de la Muerte, Palpatine sintió una perturbación en la Fuerza que le hizo entender que el piloto era sensible a ella, y si a eso sumamos que fue Kenobi el que se infiltró en la Estrella y murió luchando contra Vader, es posible entender como logró deducir que Luke es hijo de Anakin y por tanto un Skywalker.
«Hay una gran perturbación en la Fuerza.»
«Lo he sentido.»
«Tenemos un nuevo enemigo: el joven rebelde que destruyó la Estrella de la Muerte. No me cabe duda de que este muchacho es el vástago de Anakin Skywalker.»
Y esa es la primera escena en la que vemos al Emperador, hablando con Vader a través de hologramas en su Ejecutor. Palpatine le revela a Vader que Luke es un hijo de Anakin y que es peligroso, mientras que Vader responde que también podría ser útil. Esta es una muestra muy buena de la filosofía Sith, porque tanto Palpatine como Vader buscan traicionarse el uno al otro. Palpatine quiere desechar a Vader como su aprendiz por su fracaso en defender la Estrella de la Muerte, mientras que Vader quiere suplantar a Palpatine como maestro y tomar a Luke como su aprendiz. Palpatine no tolera los fracasos, excepto cuando entraban dentro de sus planes (Confederación de Comercio), y su relación con Vader es una muestra, pues es en sus mayores fracasos (Mustafar y la Estrella de la Muerte) donde Palpatine castiga más a Vader y de donde Vader saca su odio por Palpatine. Al final ambos se despiden con gran respeto pese a su mutua intención de traicionarse.
6. La caída
Una de las partes más importantes de una historia es crear un final climático y satisfactorio a la trama que se ha ido presentando, y El Retorno del Jedi (1980) lo consigue. Tras la huida de Bespin, Luke ha continuado perfeccionando sus habilidades jedi y haciéndose más fuerte pero sigue sin ser un jedi completo, solo pudiendo alcanzar este objetivo tras enfrentarse a Vader. Luke desea salvar a su padre, pero también desea convertirse en un jedi y poner fin al Imperio, y es en esas dudas en las que creece el lado oscuro.
Palpatine lo ha previsto, y para acabar con los rebeldes y de paso obtener un nuevo aprendiz realiza una jugada arriesgada. Viaja a la Segunda Estrella de la Muerte para supervisar las obras y a su vez para atraer a los rebeldes hacia Endor, lugar donde se encuentra el generador del escudo que protege la estación espacial. El plan consiste en exterminar al grupo terrestre con sus tropas de élite mientras atrapa a la flota en una batalla espacial que no pueden ganar al no poder desactivar el escudo (lástima que unos osos enanos puedan derrotar a las tropas de élite de un Imperio galáctico).
Pero la joya del plan se centra en Luke. Sabiendo lo impulsivo que es cuando sus amigos están en peligro (por lo ocurrido en la anterior película) y prediciendo que tratará de salvar a Vader, Luke es llevado ante el Emperador. Allí, Palpatine lo manipula al revelar la trampa contra sus amigos, y forzándole a enfrentarse a su padre en un arrebato de ira que busca llevarle definitivamente al Lado Oscuro. Incluso después de tantos años, Palpatine sigue siendo un maestro de la manipulación.
Y por un momento funciona. Luke y Vader se enfrentan y tras amenazar con tratar de llevar a Leia al Lado Oscuro, Luke se deja llevar por la ira y le corta la mano a Vader, derrotándolo. Todo está en la posición que Palpatine quiere, lo único que falta es que Luke mate a su padre y ocupe su lugar. Y obviamente va a hacerlo, pues Vader es el que ha matado a Ben, a sus compañeros rebeldes, a un planeta entero, el que le cortó la mano e incluso ha amenazado con llevar a su hija por el mismo camino que le convirtió a él en un esclavo del Emperador.
Pero algo falla en el plan de Palpatine. La película ha mostrado en varias ocasiones el paralelismo de Luke y Vader, desde el uso de sus poderes a la nueva ropa de Luke, la película quiere indicarle al espectador que Luke puede convertirse ne Vader en cualquier momento. El momento en el que Luke le corta la mano a Vader es muy importante en el desarrollo del tema, porque por fin Luke se da cuenta. Matar a Vader y caer al Lado Oscuro, es convertirse en Vader. Esta escena es además un paralelismo muy bueno al final del duelo entre Windu y Palpatine, en la que la pelea acaba cuando un Skywalker le corta la mano a su rival, pero con la diferencia de que en una Anakin cae al Lado Oscuro y Luke resiste.
Esta es la escena que para mi vende el final de Star Wars. Ver a Luke manteniendo su posición pese a la situación, y a lo aparentemente fácil que resultaría acabar con Vader y Palpatine ahí mismo es una sensación muy poderosa y muy merecida por la construcción del personaje. Palpatine esta vez no ha ganado, y por primera vez en toda la saga le vemos mostrar verdadero desagrado, cuando por lo general es de comportamiento frío y calmado. Palpatine no esperaba este resultado, y ahora le queda un aprendiz manco y derrotado y otro que se niega a unirse a él.
En un intento de desahogo, Palpatine usa sus rayos de la Fuerza para calcinar a Luke mientras su padre observa, y este, incapaz de ver así a su hijo, toma a su antiguo maestro y lo arroja al núcleo de la Estrella de la Muerte, matándolos a ambos.
7. Conclusión
Hay personas que creen que para hacer a un buen personaje debes de crear un arco de evolución personal, una backstory que explique su situación actual, motivos que expliquen sus acciones... Y aunque estas cosas suelen ser signos de buena escritura de personajes, yo creo que lo único que hace de verdad a un personaje bueno y bien escrito es que impacte a la narrativa y cómo afecta a la historia. Palpatine no es un personaje de motivaciones complejas ni de profundas emociones, pero su manera de mover los hilos y de elevar la filosofía y el poder Sith hacen a Star Wars lo que es. Sin Palpatine no habría historia.
No sabemos casi nada de la juventud o infancia de Palpatine, ni por qué se hizo político, ni por qué se unió al Lado Oscuro, ni nada. Solo sabemos lo que vemos de él, que es un hombre mentiroso y traicionera que juega a dos bandas constantemente, que manipula la política de la Galaxia y a las personas que la habitan para su beneficio personal. Y que su forma de pensar personal está muy unida a la filosofía de los Sith, que busca siempre el refinamiento del poder a través de la fuerza y la violencia (Regla de los Dos). ¿Si tuviera todo lo anterior sería mejor personaje? Es posible, pero no es necesario, y una cosa característica de Star Wars es contar historias sencillas con personajes y conflictos sencillos pero que llegan muy hondo, precisamente por su simpleza, y para esto solo hace falta lo justo y necesario.
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